jueves, 18 de noviembre de 2010

HERMANN HESSE: "BAJO LA RUEDA"

BAJO LAS RUEDAS
BENEATH THE WHEEL
BAJO LA RUEDA ANÁLISIS 1
BAJO LA RUEDA ANÁLISIS 2

Joseph Giebenrath, agente y comisionista no se diferenciaba del resto de sus conciudadanos. Maldecía a los míseros que mendigaban un limosna de lso potentados que hacían ostentación de su riqueza.

Nuestro hombre tenía un hijo único y de él queremos hablar. Hans Giebenrath quien era un niño talentoso; su madrea había muerto hacía bastantes años, fue siempre enfermiza.

Los profesores, el rector, los vecinos, el párroco y los condiscípulos, todos los que tuvieron ocasión de tratar a Hans, coincidieron en afirmar que el muchacho era una mente privilegiada, y con ello quedó decidido su destino: el ingreso en el Seminario, de allí al Seminario Superior Evangélico-teológico de Tubinga, para salir luego destinado al púlpito o a la cátedra.



Faltaban pocas semanas para un nuevo examen, en el que “el Estado” selecciona la floración espiritual del país.

Hans Giebenrath era el único candidato seleccionado en la pequeña ciudad. El honor era grande, pero no adquirido sin esfuerzo. Hans tuvo que frecuentar cada mañana la lección delos catecúmenos, donde el catecismo, lo ejercicios memorísticos y las frecuentes preguntas y respuestas henchían con soplo renovador la conciencia religiosa de las almas juveniles. Desgraciadamente, Hans no se preocupaba demasiado de aquellas lecciones.

- ¿Qué opina usted de Giebenrath? ¿Cree que triunfará en la prueba? – preguntó un día el profesor de la clase al rector.
- ¡Claro! ¡Claro que sí! – exclamó jubiloso el rector – Es uno del os más sensatos. Si lo observa usted bien, se dará cuenta de que está verdaderamente espiritualizado.

Aquella tarde Hans hixo la visita de despedida al rector.
- Esta noche no tienes que trabajar nada. Prométeme que así lo harás. Mañana has de estar completamente despejado. Ve a pasear una hora y luego métete en la cama. Hans atravesó la plaza, y siguió la calle del mercado hasta llegar al puente viejo; casi se asustó al sentir que una mano fuerte se posaba en su hombro y que una amistosa voz masculina le decía:

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