jueves, 18 de noviembre de 2010

HEINRICH BOLL: "AIRE EN LATAS"

HEINRICH BOLL

Heinrich Böll pertenece a ese grupo de alemanes de posguerra -muy escaso- que han preferido no caer en la tentación de la amnesia colectiva que se impuso en su país después de la Segunda Guerra Mundial. Una amnesia que les ha llevado a olvidar no sólo los crímenes cometidos por el nacional socialismo de los que, evidentemente, muchos no fueron ni directa ni indirectamente culpables, sino los hechos que llevaron a que se produjera esa situación.



No se trata de que los alemanes viejos y jóvenes deban hacer un acto de contrición permanente. Es más bien la necesidad, la exigencia moral de recordar, precisamente, para que no vuelva a suceder todo aquello. Esto es, a mi juicio, lo que Böll quiere transmitir esencialmente, entre otras cosas, en esta obra publicada en 1959.

Se trata de una novela en la que la crítica al conformismo frente al poder, el orden, el militarismo etc. se combina muchas veces con el sarcasmo, la ironía y la pesadumbre por la falta de capacidad de análisis. No hay concesiones a la galería: las cosas sucedieron como sucedieron por mucho que algunos se empeñen en silenciarlas e incluso distorsionarlas.

Böll disecciona a través de los distintos personajes, a una buena parte de la autocomplaciente sociedad alemana occidental (entonces el país aún estaba dividido) y se siente moralmente agredido por algunos comportamientos.

La hipocresía es una de las características de la mayoría de los personajes. Una hipocresía social y colectiva que hace que los verdugos de ayer sean tenidos hay por grandes personajes cívicos, respetables y respetados por su entorno.

Desgraciadamente, no sólo la Alemania heredera del nazismo se aclimató y prefirió olvidar de forma culposa. Otras sociedades hicieron exactamente lo mismo, así que quien no tenga pecado, se verá perfectamente reflejado en el libro de Böll.

Aunque el primer libro de Böll que leí ya hace muchos años (Opiniones de un payaso) me produjo cierta decepción, este nuevo intento me ha despertado interés por este autor católico alemán que fue premio Nóbel en 1972 y que habría que volver a leer con interés.

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